martes, 30 de noviembre de 2010

Estoy harto del mango de mi sartén…

El fabricante de mi sartén ha tenido la fantástica idea de unir el mango usando un solo tornillo.

Cuando uno cocina la sartén está llena y, sobre todo si es grande, el par que aplica al tornillo es apreciable, de manera que el tornillo se afloja.

Lo que no dejo de preguntarme es ¿por qué no han puesto dos puntos de sujección?

Podríais decirme: Pues porque sale más caro, jirulo!

Pero yo os diría que bastaría que fueran remaches , dos vástagos sin rosca, lo que supongo abarataría el coste.

Y, ¿por qué sucede esto?

Mirad la foto.


Ahora imagina que la sartén quiere rotar en torno a uno de los puntos de unión... el otro remache tiene que romperse, no basta con que se afloje, tiene que partirse.

Así, cuando tenemos dos puntos de sujeción no estamos luchando contra el par de apriete, sino contra la propia resistencia del material, lo que es mucho más fuerte.

De la misma forma, cuando vamos a sujetar una tabla para cortarla, lijarla o lo que sea, es frecuente que mis chavales pongan un solo gato. Intentan apretarlo a morir, pero cuando hacen fuerza en algún extremo de la tabla generan un par suficiente para que el sistema gire. Esto se soluciona sencillamente poniendo dos gatos.

Fuente de la fuente... wikipedia

Entrada publicada en La Ciencia para todos


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3 comentarios:

bibliotranstornado dijo...

A mi me pasa lo mismo.

Muy bueno lo de la fuente de la fuente.

Javier dijo...

Gracias! Uno más, penas compartidas serán más llevaderas.

Mb Sistemas Informaticos dijo...

la experiencia es la madre de las ciencias, la próxima sartén que compres tendrá un par de puntos de sujeción, es mas, te recomiendo que tenga un mango de plástico y no de metal como la de la foto ;)